Quien no ha soñado con escaparse a una cabañita en medio de la naturaleza alguna vez?
Esta casa, concebida por el arquitecto Zecc Architecten y el interiorista Roel van Norel, tiene el diseño sencillo y clásico que le otorga una cubierta a dos aguas. Sin embargo, está llena de detalles. La pizarra del tejado y el revestimiento de madera de cedro rojo aportan calidez y hacen que se funda con la naturaleza que la envuelve.
Los listones de madera de las persianas dan continuidad al revestimiento de la casa. Y la fachada, totalmente despejada, está formada por una estructura maciza de acero sin pulir y cristal.
Esta casa está pensada para aprovechar toda la luz natural posible y sentirse parte de un jardín que es la clave de la decoración de este hogar.
Por uno de sus lados, la casa está completamente abierta al exterior gracias a unas celosías móviles para disfrutar del paisaje
Ya en el interior, la decoración es sencilla. Una clave importante para lograr un espacio acogedor y cómodo. La madera de roble reviste los interiores con calidez, tanto en el comedor, dormitorio y cocina.
La pared opuesta al gran ventanal, se encarga de ocultar todas las instalaciones y dar cabida al almacenaje de forma sencilla en busca de discreción. La funcionalidad es importante en los espacios pequeños por eso, los armarios ocultos en los que esconder todo, son una solución genial.
El baño, se encuentra junto al dormitorio, también oculto tras la pared de madera.
En esta casa, cada rincón ha sido aprovechado inteligentemente para ofrecer un refugio de calidad a sus dueños.
Las fotografías son propiedad de Stijn Poelstra
