Hola a todos!!! Pues sí, ese es el título del post de hoy 🙂 Os voy a contar cómo me las arreglé para hacer algún detallito para la mesa que iba a compartir con mi familia esta Navidad y con no demasiados recursos.
El caso es que después de empezar a publicar este blog y el especial de mesas navideñas (que podéis ver aquí) no tenía ninguna excusa cuando me pidieron que me encargase de poner la mesa bonita. En la casa de mi abuela, en estas fechas nos juntamos mucha gente, unos treinta!!!! Yo tenía pensado traerme cositas de La Coruña (donde vivo) pero por circunstancias fue imposible, así que había que arreglárselas con lo que había a mano. Es un pueblo pequeño y no encontraba cosas que tenía en mente así que finalmente estos fueron los materiales y el proceso:
Compré un par de cartulinas en dorado y otras dos en plateado, unas velas pequeñas blancas y con unas tijeras y un lápiz, hice un molde de estrella de cinco puntas. Y me puse a recortarlas, una estrella por persona.
Compre también cordón (del de toda la vida para atar paquetes) otro más fino, una cinta tipo raso en tono beige. Necesitaba un saco pero no estaba fácil, finalmente mi tía me encontró uno que después de lavar y lavar, quedó perfecto para «mi plan» (gracias a mi tía eso sí 😉 porque yo con tanta estrella a recortar, no daba para más jeje)
Con el saco fui cortando tiras para envolver cada servilleta. Debo confesar que fue durillo, la tela del saco era fuerte, la tijera…hacía lo que podía, y encima soltaba ese pelillo característico de los sacos que cuando terminé parecía que acababa de salir de un granero (recordad que cortaba tiras para 30 servilleteros) jejeje
Con las tiras ya cortadas, las servilletas a mano, las estrellas preparadas, el lazo cortado en tiras de unos 30 centímetros y las ramas de pino lavadas, me puse a montar las servilletas.
En primer lugar, doblar la servilleta como si la enrollásemos, envolverla por la mitad con la tira de saco (yo le daba una puntada con hilo para unirla y que no se soltase) después puse alrededor del saco el lazo y de uno de sus extremos colgaba una estrella en la que escribí «Feliz Navidad!» con un rotulador indeleble y finalmente, cortaba un trocito de la rama de pino y la ponía entre el lazo y el saco. Este fue el resultado final.
Por fin!!!! Las 30 servilletas listas y preparadas con un toque personal, hechas especialmente para cada uno de los miembros de mi familia! Como digo…más trabajo del que pensaba, pero mereció la pena 😉
Después de tanto lío con esto… ya no me quedaba mucho tiempo ni recursos para algún otro detalle en la mesa así que preparé tres pequeños centros. Para cada uno de ellos cogí un vaso de una altura mediana, puse en él una vela blanca de las que veis en la primera foto. Rodeé el vaso con ramitas de pino que até entremezclando los dos tipos de cordones que había comprado. Después aproveché unas cuantas piñas doradas que encontré por casa (guardadas de otros años) y las utilicé para completar un poco el centro y darle algo más de vida. El resultado fue este…
Bueno pues así terminó la odisea dando los últimos toques a la mesa familiar. Se que las fotos quizás no tengan la calidad esperada pero me apetecía compartirlo con vosotros y que vierais un post «propio»
Espero que os haya gustado y os haya servido para ver que, aunque no podamos en un momento dado hacer algo «espectacular», siempre se pueden poner pequeños detalles que hagan que la mesa sea un poquito más especial y las personas que se sienten a ella se sientan mimadas. A pesar del esfuerzo, ha merecido la pena 😉
MariAngel
2 Comments
Genevie Barbero
Very nice post.
MariAngel
Thanks Genevie Barbero 🙂